domingo, 27 de diciembre de 2009

UN AÑO QUE TERMINA


Es curioso ver como dejamos que pasen lo días y con ellos se vayan un montón de propósitos sin hacer nada por remediarlo, de esta manera nos preparamos para recibir un año más.Aunque esta vez hay algo que lo hace diferente no sé si solo para mi o para muchas otras personas que al igual que yo vieron pasar el año con el desánimo que deja las cosas medio hacer, que deja la ausencia de sueños, si miro para atrás puedo ver lo que hice, pero no consigo encontrar nada de lo que quería hacer, ¿me faltó tiempo?...bueno, si esto me dá algún consuelo podría decirme que sí, que me encontraba demasiado ocupada en esta carrera de la vida que no nos lleva más que a un vacío personal.
Todavía faltan unos días para que acabe el año,quizás en estos días decida cambiar de opinión y volver a desear algo con la ilusión de que pueda ser diferente.

Para ello lo mejor sería hacer un repaso, mirar para atrás o mejor aún mirarnos en un espejo para poder ver lo que somos, sin fantasmas que nos hagan sombra, porque no existe peor sombra que nuestro miedo, la cobardía que nos ata.
Hay un recuerdo que no deja de asaltarme estos días, el de una Navidad diferente en unos días como estos, recortando un Belén de cartulina , muy atentos a mi padre que lo pegaba en una base de cartón, hubo muchos Belenes a lo largo de mis años probablemente mejores que este pero por alguna razón este es el que mejor puedo recordar, el recuerdo que consigue que se encoja mi corazón de una forma extraña que no sabría explicar, pero que para mi lo hizo especial, ni tan siquiera puedo recordar aquellos reyes, o el año concreto,( haciendo cuentas rondaría por el setentaisiete), nos encontrábamos fuera de casa, fuera de nuestra ciudad, como tantos Españoles de la época nos tocó emigrar al norte,nos tocó cambiar, sentir el frío que deja la lejanía de lo tuyo,no sé si fue esto o la complicidad con mi padre lo que lo hizo el Mejor Belén que ningún niño pueda tener.

Este sin duda podría ser el mejor propósito para este año que está apunto de empezar, desear que venga lleno de magia de complicidad que consiga que nuestro corazón sea capaz de latir con fuerza con cosas tan pequeñas como un Belén de recortable, que de esta forma cuando acabe el año y mire de nuevo para atrás solo pueda sentir aquello que por su simpleza me hizo plenamente feliz.

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